martes, 20 de diciembre de 2011

Cultura sexista en Colima


La cultura en la cual hemos crecido nos ha inculcado estereotipos de género, nos ha marcado con un color distintivo entre mujeres y hombres, el problema radica en que no es sólo un color, sino que la distinción va más allá de lo normal.

La cultura ostenta a la mujer como un símbolo débil y la sociedad lo cree. El hombre en su afán de sentirse superior se le ha salido de control la idea, hasta el grado de menospreciar y maltratar verbal, física y psicológicamente al sexo opuesto, ya que la considera como  suya, creyéndose con el poder de hacer todo lo que le plazca con ella.

De tal manera, considero que no todo lo que la cultura impone siempre conduce a regular la conducta y lograr el bienestar social, sino que puede provocar en contra parte problemas sociales graves.

 Es así como surgen los peores problemas existentes en la sociedad, tal como el feminicidio que actualmente radica en nuestra entidad de Colima y, posiciona a ésta en la número 20 en el ranking nacional según datos del Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidio en el 2010.

No obstante, el problema reside en la cultura sexista e inequidad de género que persiste en la entidad.
Las mentes de los actores están dañadas desde el principio de su socialización, es decir,  desde la infancia, pues las costumbres inculcadas o experimentadas en la familia repercuten en todo el desarrollo del individuo.

El hecho de que existan gente descerebrada, incapaz de regular su conducta, controlar los impulsos y repelerlos, va más allá del valor para efectuar tal acto.

Influye la formación moral que de pequeño se tuvo, la violencia que quizás vivió en el entorno familiar y además problemas cognitivos graves que alteran la conducta.
No obstante, el gobierno debería también crear estrategias de apoyo psicológico y psicoterapeuta  a la población colimense, de esta manera se pudiera regular y controlar, en cierta medida, conductas desmesuradas.

Por otra parte, el gobierno debe actuar directo en los valores y creencias que se les transmiten a los infantes, pues en esta edad se edifica  el cimiento de una buena formación moral.

De esta manera, en futuras generaciones tendríamos como resultado una sociedad en donde la equidad de género sea una realidad para los niños y niñas de Colima.

“Los índices arrojan que un porcentaje amplio de crímenes de mujeres son efectuados por hombres novios, esposos o familiares cercanos a ellas” (Contreras,pág:104)  

Por lo tanto, se establece que se trata de una tendencia machista, es decir, estamos conviviendo y desarrollándonos con una cultura sexista que lo único que atrae es discriminación, violencia y abuso hacia la mujer concretizado en crímenes espantosos.

Desde mi perspectiva, considero que la ideología errónea de que la mujer es menor en fuerza y capacidad al hombre según para que éste cuide de ella, por el contrario propicia el maltrato a la mujer, pues se le ve inferior y por tanto se piensa que merece el agravio.

Claro está que gobierno y sociedad no podrá cambiar la cultura existente por una limpia de ideologías chuecas, sin embrago, podemos ayudar a mejorar las generaciones venideras.

Mientras tanto, el gobierno debe ser estricto en la aplicación de la ley a individuos que practiquen el feminicidio y, además no hacer omisión a los casos presentados.

Como algunos sucesos que han quedado en el olvido,  la muerte de Andrea Rodríguez García, y de otras tantas mujeres que han sido encontradas en brechas de la entidad de diversos municipios; sino llevar a cabo investigaciones hasta encontrar a los responsables y no posponer ni aplazar las investigaciones, pues es un delito penal.

Si tan interés tiene el gobierno como lo manifiesta en distintas propagandas de cuidar, prever y proteger a la mujer colimense una muy buena prueba de ello, será completa atención a casos de feminicidios, así como la aplicación de estrategias para frenar al mismo. No basta el escándalo del crimen sino la aplicación total de la ley.

No es suficiente que se apruebe tipificar el feminicidio en la entidad ni tampoco contar con un día al año de no violencia hacia la mujer; esto es simplemente aceptar la realidad y aprender a vivir con ella, la mujer merece respeto aún después de fallecida, por lo que es necesario hacer justicia ante esto.

¿De qué otra manera podemos hacer frente a este suceso?
 De acuerdo con Diana Rusel, una de las más importantes feministas del mundo afirma que la mayoría de crímenes efectuados son por parte de esposos, amantes o novios de las víctimas.
Entonces, si ya las investigaciones apuntan estos resultados, podemos intervenir desde el noviazgo identificando así  si las jóvenes mantienen relaciones violentas, ya que dicha problemática también propicia el feminicidio.

Pro otra parte, debemos observar que tanta atención e importancia le estamos dando al tipo de relación hombre-mujer, debemos estar alertas a las más mínimas extrañas conductas.

Bibliografía
·         Colima, late para todos Gobierno del Estado Edic: 1. Mujeres corazón de Colima 2011; Colima.


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